¿Cómo distinguir al necio?

“A los necios no les interesa tener entendimiento; sólo quieren expresar sus propias opiniones”. (Proverbios 18:2)

¿Cuál es la razón del necio? No es enseñable. Sus opiniones, según él, son el único valor de verdad. Detesta el consejo y la doctrina. Y detesta la doctrina porque esta está establecida de antaños, no cambia.

Observe uno de esos maestros falsos (no tengo que darles nombre aquí); ¿cuál es el distintivo de ellos? Una absoluta negación a lo establecido, a la ortodoxia, en cambio de novedades estrambóticas. Ellos cautivan a sus audiencias por tres asuntos: (1) muestran una habilidad inusual en su retórica, generalmente muy atractiva y novedosa; (2) van directo al corazón de los deseos y pasiones vanas del hombre (en suma, venden la idea de cómo uno puede ser grande, incluso como Dios, especialmente en las áreas de realización personal, finanzas, fama, etc.). Usted notará que los más osados entre ellos buscarán las cámaras, los primeros lugares y los views; (3) pregonan ideas y “principios” estrambóticos y del tipo estelares. Recuerdo haberle dicho en una ocasión a mi padre, que es pastor: ‘Pa…, ¿Tú quieres ser famoso como predicador?’ (gracias a Dios él nunca ha buscado likes ni views), le dije a seguidas: ‘invéntate una vulgar mentira (jabladuría en buen dominicano) lo más astronómica posible, pero que parezca verdad’… Le repliqué: ‘y listo, quedarás, en algún momento, sepultado al estrellato’.

¿No fue eso, acaso lo que hizo Sarán en Edén frente a Eva?

Déjenme darles un ejemplo:

¿Cuál es el logos de Lakewood “sinagoga de Satanás” en Houston, Texas? Note: ¡Ven y descubre el campeón que hay en ti! ¿Notó el vanal deseo humano en esa cláusula? Wao, no pudo ser más creativo, ni apelar al más profundo pero vano deseo del corazón humano que siempre ha querido ser un superhéroe, desde que nace.

Usted va a notar que esa gente tiene un “testimonio personal” fantástico. Benny Hinn, por ejemplo, “caminó por el aire, saliendo desde la puerta de un apartamento en un piso alto, salió y regresó un trayecto de un par de yardas”. A mí lo que me da es el reguero de “necios” que lo siguen. Pero sé un gran necio (por lo tanto falaz, maestro del error, engendro de Satanás, nube sin agua), y tendrás garantizados los views y likes. ¿No es eso, acaso, lo que establece 2 Timoteo 4?

Y, por el contrario, “la sabiduría” (la verdadera [filo]Sofía) se desgañita a gritos desde las colinas, las plazas públicas y las intercepciones de los caminos, a ver si encuentra algún “sabio” y entendido; pero a menudo se regresa decepcionada. Casi que la sana doctrina y la sabiduría tienen que atrapar por el pescuezo a los hijos de los hombres y obligarlos a entrar al camino del buen y la verdad… (Ver prov. 8)

Para no cansaros con esta historia en esta reflexión, “el distintivo de los necios (dígase, tontos, idiotas, indigentes, bestias sin entendimiento, hombres corrompidos de entendimiento, débiles, habituados al error), grandes y pequeños, es el desprecio del consejo, la doctrina establecida y la verdad”. El necio quisiera quemar los estándares, las leyes milenarias, los mandamientos divinos, los credos y confesiones consensuados, la revelación divina, etc. Los estándares son un impedimento a sus propósitos.

¿Qué procuran las ideologías, por ejemplo, que son “un semillero de novedades ilógicas”? ¿No es acaso minar los cimientos estándares del decoro, la moral, los mandamientos y la ortodoxia? ¡Ciertamente eso procura! Por eso quieren que se “legalice tal diablura” o que “se despenalice tal o cual inmoralidad rampante”, etc. Esos “pervertidos”, “llaman a lo malo bueno y vice versa“. Son claros engendros del mismo diablo. Por ejemplo, querrán enmendar los estándares del matrimonio establecidos por Dios como mandamiento. Y en vez de expresar que “el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, darán todo tipo de sugerencias para que cualquier otro formato (siempre pervertido) sea al menos aceptado. Los alemanes y daneses han procurado despenalizar tanto la pedofilia como el incesto, etc. ¿Por qué? Porque sus perversiones, a niveles de sus dirigentes políticos, han tocado ese techo. Son culturas tan degeneradas que procuran caminos para legalizar o despenalizar tales aberraciones. Quedé sorprendido cuando investigué los números de pedofilia (incluso pedofilia homosexual) en las culturas ancestrales de la India y Afganistán, eso sí, en penumbra o entre las sombras. Literalmente me quedé sin fuerzas y aterrorizado. 

Pero un momento, pastor, usted se ha ido muy lejos en su análisis de la necedad. Lamento deciros que el necio termina claudicando y vendiendo todo principio y norma establecido. No comienza así, necesariamente, pero suele terminar así. Ese es el pago a la necedad. Romanos 1 al 3 nos definen muy bien tal proceso y sus colmos.

¿Cómo conocer al necio? Creo que les he dado pautas esenciales.

Escape la necedad, hno. “Compre la verdad y no la venda”“Pida sabiduría a Dios, el cual dará a todos abundantemente y sin reproches”.

Cristo, recuerde, nos ha sido hecho no solo “poder y redención”, sino también “sabiduría”. Y el Espíritu que recibe el convertido a Cristo es también “Espíritu de poder, de amor, de dominio propio y de sabiduría”. ¿Qué más necesitas? No creo que necesites más que escudriñar estas cosas, y añadir a la fe (sabiduría, conocimiento, al don), virtud, y seguir a éstos añadiendo, como piedra sobre piedra, afecto santo, amor, dominio propio, etc. Si abundamos en esto, jamás estaremos ociosos ni sin fruto.

La necedad es el antónimo de la sabiduría. Y, “hijo mío, adquiere sabiduría”. ¿Cómo? “Temiendo (amando) al Señor” y guardando -sin reservas— sus mandamientos. (Prov. 1.7; 9.10; Deut. 6; 10; ver Mateo 22.37-40).

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