El concreto fin de la sabiduría

Por: Juan C. de la Cruz (2 de sept., 2024. En la hab. 205 del Holiday Inn, Jonesboro, Arkansas)

    

Proverbios 2:1-22

 [1] Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, [2] Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, [3] Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; [4] Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, [5] Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. [6] Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. [7] Él provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente.

[8] Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. [9] Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino. [10] Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, [11] La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, [12] Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades, [13] Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; [14] Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; [15] Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos. [16] Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras,

[17] La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios. [18] Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos; [19] Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida. [20] Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos; [21] Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, [22] Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

Este Proverbio establece la finalidad tangible de la sabiduría, a saber, librarte de la amistad y compañía de los malos. El hombre sabio será reconocido porque: (1) desecha toda posible amistad con hombre perversos o males; y (2) es un hombre de una sola mujer, su esposa. Así, el sabio será librado de toda especie de mal y de toda clase de promiscuidad. Así, un hombre sabio es esencialmente un hombre apasionado tanto por Dios como por su familia, y selectivo con su compañía o amistad. De hecho, a menudo sus más cercanos se encuentran en el mismo seno familiar: sus padres, su cónyuge y sus hijos (caps. 1, 2).

Ahora bien, el amén de la fuente de esta -Dios- (v.9; 1.7; etc.), definición misma de sabiduría (Sofía), que en esencia es “conocimiento y temor de Dios”, en otras palabras, la sabiduría consiste en “un apego a la verdad, con un empeño apasionado de amar a Dios, siguiendo su Consejo en todo”; y amén de la fuente de esta, Dios; por su parte, la sabiduría:

1. Es exclusiva de los hijos de Dios (vv.1, 6), de ahí el “hijo mío”; no que en esencia el texto use este calificativo de relación para la divinidad en sí misma, porque se trata de una personificación de la sabiduría en sí, pero la sabiduría aquí es mostrada como un exaltado atributo de Dios. Así como la santidad es descrita como la belleza de Dios en la Escrituras, la Sabiduría es mostrada como ese atributo de Dios mediante el cual su poder es ejecutado con belleza, eficacia, orden y sentido. Sin sabiduría, el Dios todopoderoso no tendría sentido. Sería algo así como una gran fuerza huracanada de proporciones astronómicas y caótica. Un hombre malo e impío, por lo cual carente de sabiduría, es igual, solo que en proporción diminuta.

2. Los hijos de Dios lamentablemente pueden actuar al margen de la sabiduría que les ha sido entregada. Un ejemplo icónico es Salomón. Un hombre sobrado en sabiduría pero que decidió engavetarla en un tramo de su vida (el mismo lo explica en Eclesiastés). Por eso el llamado condicional frecuente en proverbios: “Hijo mío, si recibieras mis palabras… si…”. Es una pena que un rico viva entre y como miserable, tanto como un hijo de Dios viva (aunque sea un tiempo limitado) como un salvaje.

3. La sabiduría, amén de la investidura, debe ser amada y buscada, escudriñada; no brota de forma natural, debe ser cultivada y trabajada. Es como un ingeniero, digamos químico, entrenado para diseñar reactores, que decide dedicarse a conducir maquinarias. Él es especialista en diseño de reactores, pero no ejerce. Al cabo de unos pocos años será un inepto cualquiera en la materia. La sabiduría, igual, aunque es un regalo de Dios, una investidura (que brota del Espíritu de Dios), demanda esfuerzo, búsqueda y un cultivo constante. La ilustración en este Proverbio o puede ser mejor, “Debes buscarla con el mismo ahínco con que te esfuerzas por el dinero”.

4. Lamentablemente hay también una sabiduría enferma o mala (v.7). Y creo que esa “sabiduría” mala es la del mundo (Col. 2.8-10). Es sabiduría porque usa la lógica y podría aterrizar en lo estético igualmente, pero siempre se inclinará a la inmoralidad y a la destrucción. No obrará ni en justicia, ni en piedad ni en amor (ver 1 Co 13). Es sabiduría y podría discernir los misterios más profundos, pero carece del amor y la piedad; tenderá a la inmoralidad.

5. El equilibrio y la prueba de la sabiduría buena o divina es un claro entender y obrar en los linderos del Mandamiento santo. Es como la exclamación del Señor: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. ¡No hay perdedera aquí!

Lo duro sería, al final, ser llamado por Dios “hijo de desobediencia”, o “hijo de ira”.

Por mi parte, yo procuraré con toda diligencia ser un orgullo para mi Padre amado. 

ORACIÓN:

Señor, líbrame de engavetar tan preciado don. Líbrame también de la maldad, la injusticia, de la sexualidad impía y de toda amistad que no te tema. Déjame ser amigo estrecho de mis más cercanos, mis hijos, mi amada y mi padre. Provéeme de amigos de mucho valor.

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.

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