El manifiesto del Evangelio

Juan C. de la Cruz

“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. Vuélvase al Señor, quien tendrá de él misericordia; y a nuestro Dios, quien será amplio en perdonar. (Isaías 55:7)

¡Interesante este texto!

Dijo Carlos Spurgeon una vez: 

“El Evangelio no es una PROCLAMACIÓN de tolerancia hacia el pecado, sino de LIBERACIÓN DEL PECADO. El Evangelio no contiene ni una sola PROMESA DE PERDÓN para la persona que continúa obstinada en su pecado. (C. Spurgeon-Apuntes de sermones, Portavoz. Pág. 146)

Ese glorioso texto de Isaías 55 te manda a tomar tres acciones radicales, y Dios entonces hará algo extraordinario por ti. A saber:

  1. Impío, deja tu camino. Es decir, Dios te dice que tus hechos (tus actos, tus obras), son todos un asco para Dios, aunque lo maquilles con excremento de murciélagos.
  2. Abandona tus pensamientos, oh hombre pecador. Tus razones, por brillantes que las creas, valen menos que una guayaba podrida para Dios. Tus y mis razones son siempre contrarias a las del Señor. Aún a Pedro tuvo Cristo que reprender por su pecaminosa pena y compasión, cuando después del Señor declaró que Él debía ser asesinado por los líderes religiosos judíos, Pedro le dice con su infernal compasión: “Que eso nunca te acontezca, Señor”, dijo. Respondiéndole Cristo: “Apártate de mí, malvado (satanás)”.
  3. Por el contrario, conviértete o vuélvete a los caminos del Señor y a sus pensamientos (su Palabra, su santa Ley y su santo Evangelio).

Si llegases a entender lo malo de tus acciones y lo vacuo de tus mejores pensamientos, ¿humillante, verdad?, y te quedaras con esa heroica acción, eso no serviría para nada ante Dios.

Una vez le crees al Señor en que verdaderamente eres un pervertido o una pervertida (viviendo en esta perversa generación), para ser de valor ante Dios, debe acontecer lo tercero: 

“CONVERTIRTE O VOLVERTE AL SEÑOR DE TODO CORAZÓN Y CON TODAS TUS FUERZAS”.

Este es el MANIFIESTO DEL EVANGELIO DE DIOS.

Y para terminar, cuando llegues a ese tercer paso, nota que sólo cuesta tu humillación, entonces el Señor nuestro Dios hará lo siguiente contigo:

“ÉL TE PERDONARÁ AMPLIAMENTE, TENIENDO DE TÍ MISERICORDIA”.

Listo. TRES ACCIONES que te corresponden:

  1. Abandonar tú camino.
  2. Tirar al saco del olvido tus pensamientos (como Pablo nos muestra en Filipenses 3).
  3. Arrepentirte de tus antiguas andanzas y razones.

Y, sin falta:

  1. El Señor PROMETE perdonarte.

¿Qué te parece?

¿Qué decides?

¡Dios tenga de ti misericordia y te dé luz para arrepentirte!

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top