¿Acaso le falta algo a la palabra de Dios? ¿Por qué entonces el reclamo profético/apostólico de hoy?

El siguiente es un texto muy aclaratorio del Evangelio, sobre cómo, por quiénes y para qué fue recibido (2 Pedro 1:16-2).

“[16] Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro SEÑOR JESUCRISTO siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”. [17] Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria UNA VOZ que decía: ESTE ES MI HIJO amado, en el cual tengo complacencia. [18] Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. [19] Tenemos también LA PALABRA PROFÉTICA MÁS SEGURA, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; [20] entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, [21] porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

Nota: Cualquier santo con un mínimo de entendimiento comprende esas palabras y ese mandamiento.

Mandamiento: ¡Esté atento a la PALABRA PROFÉTICA [qué es] más segura! Hacemos bien en estar atentos.

Y el otro mandamiento es: No le hagas caso a las FÁBULAS ARTIFICIOSAS. Una fábula es un cuento que se hace parecer una historia verdadera, pero especialmente cuando se introducen elementos de personalidad a cosas imposibles. Por ejemplo: “ver almas, demonios, salir del cuerpo, o ver animales y cosas como personas”, etc.

Eso es precisamente lo que inventan los profetas y apóstoles de hoy. Es una maldición.

Amados, no nos dejemos engañar. Precisamente eso es lo que han hecho siempre los diablos o falaces, torcer en algún grado la palabra. Precisamente ese fue el gran logro de movimientos como el de la Reforma Protestante, buscar despegar la Escritura del misticismo rampante, tanto como del reclamo de individuos y grupos que pretendían tener la exclusividad y el monopolio de la interpretación, como el Papa (apóstol y vicarium de Cristo), y los místicos que torcían la Palabra con sus supuestos sueños y encuentros con ángeles y demonios (como Santa Teresa de Jesús y otros, más tarde Helen White de los adventistas, y hoy Benny Hinn, G. Maldonado, J. C. Harrigan, V. Barranco y otros miles). No caigamos en los mismos errores perniciosos.

¿Acaso le falta algo a la Palabra Profética que nos ha sido entregada? 2 Tim 3.15-17.

Bien dijo ya nuestro amado Señor Jesucristo (Juan 5:39-40):

“[39] Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; [40] y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.

Y ya había dicho nuestro Dios (Isaías 8:20):

“¡A la ley y al testimonio!” [La Palabra] Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.

Deje a los pervertidos con sus fábulas y engaños. ¡No le haga caso usted!

¡Amén!

Juan C. de la Cruz

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