El Dios invisible explicado en su hijo encarnado
Por: Juan C. de la Cruz
(Terminado entre Huesca y Barcelona, España)

Juan 1.18
“A Dios nadie lo ha visto (perf. act. ind.) jamás:
El Unigénito (monogeneus) Hijo, que ESTÁ (ES, EXISTE) en el seno (la intimidad, el regazo) del Padre, él le declaró (aor. med. ind.: exēgēsato: narrado, explicado)”.
INTRO
Juan el evangelista fue uno de los discípulos de Jesús, uno de los doce entre muchos que fueron señalados como Apóstoles del Señor.
De hecho, Juan presuntamente es: “el discípulo que Jesús más amaba entre todos” (13.23; 19.26; 20.2; 21.7, 20, 24). Esa expresión es una inequívoca referencia a Juan, especialmente cuando notamos los nombres del diálogo en (20.20-24). Juan escribió tanto este evangelio como las cartas (1, 2 y 3 que llevan su nombre y que son denominadas generales), y el Apocalipsis.
Juan, según el obispo de Lyon Ireneo (130-200), discípulo de Policarpo, quien a su vez fuera discípulo de Juan; dice en “Contra las herejías” 2.22.5; 3.1.1: que este Evangelio “fue escrito por Juan mientras este vivía en Éfeso”, y lo fechó “entre el 66-98 d. C.”.
Ese fue el mismo testimonio de Clemente de Alejandría (150-215 d. C.) y el resto de los padres. Y ha sido el consenso unánime en la ortodoxia cristiana que fue Juan fue escrito entre las 2 últimas décadas del 1sr. siglo. Una característica que define la paternidad de Juan es la no mención de su nombre directamente durante el evangelio, a pesar de que es más de 20 veces mencionado y sugerido en los sinópticos.
Por su parte, este evangelio de Juan es una exquisita Cristología; dígase, un Evangelio. Es decir, que se trata de un tratado que presenta UN CUADRO DE JESUCRISTO suficientemente claro y discernible de la persona de Jesucristo.
El evangelista Juan Apóstol así lo declara en su propósito al escribir este libro (Juan 20.30, 31). La dinámica de Juan para lograr su propósito, aunque es un Evangelio, fue un tanto distinta a la de los otros tres Evangelios canónicos, aunque el fin último del evangelio es el mismo, a saber:
“Que el lector CREA que JESÚS ES EL CRISTO, EL HIJO [UNIGÉNITO] DEL DIOS VIVIENTE; con tal de que, CREYENDO EN ÉL, esa persona tenga VIDA EN SU NOMBRE”.
Juan, en una lectura natural, nos muestra una estructura triádica regular, a saber:
- Prólogo (1.1-18);
- Cuerpo (1.19-20.29);
- Epílogo (20.30-21.25).
Y en EL CUERPO, introduce dos secciones centrales, la primera: 1.19-12.50, y la segunda: 13.1-20.29.
- En la primera se presentan los asuntos relacionados con la vida, obra y ministerio de Jesús.
- Y en la segunda, los asuntos que rodearon la muerte, juicio, pasión, muerte, sepultura y resurrección de Jesús (pasión y glorificación de Jesús).
En el EPÍLOGO se trata el propósito del libro (20.30, 31), y se da una prueba del Cristo resucitado (Cap. 21). (Comp. Carson y Moo, p. 169)
Los eruditos contemporáneos designan respectivamente al libro como: “El libro de señales” y “el libro de la Gloria”, o “El libro de las señales” y “El libro de la pasión”. (Carson y Moo, p. 169; Criswell, Biblia de Estudio Siglo 21). Si bien el PRÓLOGO mismo manifiesta que se trata de “Un libro de Señales”, es decir “Las señales manifestadas por Jesucristo, el Hijo de Dios”; donde la Resurrección es la principal de dichas señales. Juan, igual que otros evangelios, refiere varios discursos del Señor; al parecer, en la mente del evangelista, esos discursos representaron señales en sí mismos. Pero más que discursos, los que encontramos en Juan son diálogos, y en ese sentido son un tanto distintos a los discursos de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).
La estructura refleja varias temáticas corriendo en paralelo y con enfoque: exposiciones del Señor, coloquios del Señor (con diferentes personas), señales milagrosas, otras manifestaciones de Jesús, instrucciones, etc. Y el propósito refleja la procura del autor, a saber, que mediante su exposición, el lector o receptor: CREA que JESÚS es el Cristo, HIJO DE DIOS VIVO; para que creyendo (en el Cristo de la Escritura) TENGA VIDA.
El verbo CREER aparece, en sus diferentes tiempos y modos, 62 veces en el evangelio de Juansolamente; mientras que en Lucas, por ejemplo, se utiliza CREER, en sus diversas formas, solo unas 3 veces en todo el evangelio. En Juan no aparece la palabra FE, que es el sustantivo, sino la acción verbal, CREER.
En contraste, la palabra Hijo (refiriéndose a Jesús) en su relación filial con el Padre, aparece 35 veces en todo el evangelio; mientras que, p. ej., en Lucas, se utiliza este nombre filial 31 veces.
El nombre Jesús ocurre 256 veces (más dos veces Jesucristo) en Juan (el grueso estadístico de las veces se refiere a la persona que está interactuando con la gente, en la fórmula: Dijo Jesús… le respondió Jesús… etc. Y Padre, respecto de Dios, ocurre 120 veces en Juan, en la mayoría de los casos declarado por Jesús y acompañado con el pronombre Mi (Padre). Dios aparece 84 veces en Juan casi el total de veces haciendo referencia al Padre de Jesús).
De hecho, las señales propiamente dicho presentadas en el evangelio de Juan son 7, muy normal los siete en los escritos Juaninos. Pero el llamamiento y la invitación a creer, domina el enfoque del evangelio.
Como se puede notar, el Evangelio de Juan es casi único en el concurso de los evangelios, es decir, es bastante diferente a los sinópticos. W. A. Criswell hizo notar algunas particularidades, por tanto, diferencias entre juan y los sinópticos:
(1) Juan es un 92 por ciento único en su contenido;
(2) se desarrolla de forma más discursiva (de hecho, casi a modo de diálogo), en vez de narrativo como los sinópticos; eso sí, es más temático y teológico que el resto de los evangelios;
(3) Juan tiene pocas parábolas y nada de demonología;
(4) el escenario geográfico de Juan tiende al sur de Israel, a Judea, mientras que los sinópticos, al norte, a Galilea;
(5) la discursiva de Juan interactúa mucho más con los líderes judíos que con la gente común del pueblo, a diferencia de los sinópticos;
(6) Juan registra un cronograma pascual con muchos detalles y como marcando un período definido, menciona tres o cuatro pascuas judías, apuntando densamente a la pascua en que Jesús fue crucificado;
(7) Juan construye su evangelio en base a siete (7) milagros claves realizados por Jesús. Así que vemos en Juan: (i) una diferencia temática, (ii) una diferencia estructural, (iii) una diferencia de ambiente o geográfica, y (iv) una diferencia de énfasis, a parte de un muy marcado y claro propósito, a saber:
“Que tu CREAS que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente; para que CREYENDO tengas vida en su nombre“.
Así que les advertimos que CREER en JESÚS EL HIJO DE DIOS, es en lo que se concentra este evangelio. Lo remacharemos una y otra vez durante esta serie, por razones lógicas y de énfasis. La introducción en nuestro prólogo (Juan 1.1-18) es un ejemplo de ellos.
El nombre del Hijo de Dios es JESÚS el Cristo, pero es nombrado también EL LOGOS (LA PALABRA) DE DIOS, y es Señor y Cristo, también es Fiel y Verdadero, Rey de reyes y Señor de Señores. Ese cuadro en palabras, relatos, descripciones e imágenes, el lenguaje que se nos narra en las Escrituras, especialmente en los evangelios, nos muestra tanto el carácter de Cristo, por tanto, Sus perfecciones, Su gloria (que por cierto, se trata de una “gloria como la del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”); pero nos muestra igualmente Su naturaleza, su existencia eterna (eternidad) y su poder. Por eso se dice de Cristo que es cien por ciento Dios y totalmente hombre.
OJO CON: CREER EN MÍ, VENIR A MI Y PERMANECER EN MÍ, (Y ACCIONES SEMEJANTES COMO: COMER MI CARNE, BEBER MI SANGRE, OÍR MI PALABRA, BEBER DEL AGUA QUE YO DOY, ETC.)… a través de Juan, parece ser el asunto propósito del libro.
Juan 1, uno de los textos más completos y densos de la cristología, es un relato detallado y resumido de Jesús presentado.
El autor de entrada:
(1) Hace una presentación teológica de Jesús (vv.1-13).
Luego desarrollará:
(2) Hace una presentación comparativa de Jesús con Juan (vv.5-8);
(3) Presenta la visión apostólica de Jesús (v.14-18);
(4) Postula la presentación que Juan el Bautista hace 0de Jesús (vv.19ss), que contiene: (i) su declaración y testimonio, (ii) e indirectamente la presentación declarativa audible del Padre de Jesús (este es mi Hijo Amado…), y (iii) la declaración de los discípulos de Juan y sus amigos acerca de Jesús (vv.37ss).
Debemos hacer notar que en el cap. 1 de Juan, Jesús está siendo presentado y siendo dado a conocer, sin que Él siquiera abra su boca.
En lo adelante, en este Evangelio, encontraremos escenas milagrosas, discusiones, diálogos, respuestas y discursos de Jesús, normalmente entretejidos tales elementos, en Cristo mostrándose como la solución divina al problema de la pecaminosidad humana, y por lo tanto, la única solución a la desgracia de la enemistad de Dio con los hombres.
OREMOS…
- CIERTAS CUESTIONES SOBRE DIOS Y JESÚS QUE ENCONTRAMOS EN JUAN 1
Recuerde:
- JESUS, 256 VECES
- JESUCRISTO, 2 VECES
- EL PADRE (DE JESÚS), 120 VECES
- DIOS, 84 VECES (REFIRIÉNDOSE AL PADRE DE JESÚS)
NOTE:
JESÚS ES LA CAUSA DE TODA LA EXISTENCIA UNIVERSAL DE CUALQUIER TIPO, SIENDO DIOS Y JESÚS -EL VERBO HECHO CARNE Y QUE HABITÓ ENTRE NOSOTROS- (A SU VEZ) LA LUZ DEL MUNDO, LA VIDA Y SU FUENTE, EL REDENTOR Y SALVADOR -MÁS ALLÁ DEL CREADOR.
Y NO HAY OTRO NOMBRE, BAJO EL CIELO, DADO A LOS HOMBRES, EN QUIEN PODAMOS SER SALVOS QUE EL NOMBRE DE JESÚS; O SEA: LIBRADOS DEL PECADO, LA MUERTE ETERNA Y LA ENEMISTAD CON DIOS.
LA PRESENTACIÓN TEOLÓGICA DE JESUCRISTO SE RESUME EN LA NATURALEZA, ESENCIA Y LAS FUNCIONES DE DIOS (JN 1.1-18):
- DIOS ES DIOS Y DIOS ES EL LOGOS, SIENDO EL LOGOS OTRO EXACTAMENTE IGUAL Y PARALELO A DIOS. (Jn 1.1, 2)
¿QUÉ ES DIOS?, REZA LA FÓRMULA DE LA CURIOSIDAD HUMANA DE ANTAÑO. Y RESPONDE LA TEOLOGÍA:
“Dios es Espíritu, infinito, eterno, e inalterable en Su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, amor, y verdad”.
Y en cuanto a SER:
Dios siempre fue y estuvo, aún cuando el tiempo y el espacio (y nada en dicho espacio y tiempo) aún no eran ni existían.
Hay en esto una incapacidad mental básica, y es la cuestión de la existencia espacial, temporal, material y energética; a saber que ambas realidades no fueron hasta el principio. Con respecto a la inexistencia del tiempo no hay ningún tipo de complicación, porque el tiempo no es una cosa, es una referencia de flujo de objetos, hechos y acciones en cuanto duran. Con el espacio es un poco más complicado, pero en un sentido es una referencia limítrofe del lugar -antes vacío- que ocupan los cuerpos, los objetos y las cosas. Pero la materia y la energía sí son cosas cuantitativas reales, independientemente del estado y la forma en que se encuentren.
Pero lo espiritual no solo es primero y causal, sino igualmente real. Jesús, en su encarnación, vino a modelar la realidad de ambas cosas: lo corporal y lo espiritual.
O sea, a las realidades tangibles y existenciales de las cosas, los humanos, los astros, etc., hemos de sumar aquella de la que está hablando nuestro Texto, Dios, el Logos, más allá del tiempo y el espacio (en el ser y el estar).
O sea, que tenemos entonces tres tipos de realidades:
- Las existenciales:
- El ser (alma, mente, espíritu) -independiente de las demás realidades dimensionales (espacio, tiempo, materia y energía).
- Las realidades tangibles y mesurables (materia y energía, cuerpo, etc.).
II. Las no existenciales:
1. Y las realidades de referencia (el tiempo y el espacio).
III. Y las ideales y declarativas (el fruto del pensamiento, propio del ente pensante: Dios y Sus criaturas racionales).
De esta clase hay varias: juicios, presagios, declaraciones, simples modelos supuestos, etc..
Y la conclusión aquí es que el ser Divino, -por lo pronto- es Dios y Su Logos (La Palabra), que ha existido siempre y siempre existirá, y las demás realidades, estables o variables, tangibles o de referencia, declarativas o imaginarias (de la actividad mental per se) fueron modeladas y creadas por la Divinidad. Y los hombres disponemos de ellas -en sus limitantes-, conforme a la utilidad y capacidades que nos han sido otorgadas por decreto y diseño divinos.
Estas realidades son un tanto densas en cuestión del esfuerzo del pensamiento que requieren, pero son bíblicas, de eso habla nuestro Texto y toda la Biblia. Y el discernirla y diferenciarla requiere de mucha trayectoria y trabajo de pensamiento; pero son imposibles de ser bien comprendidas sin tal esfuerzo y capacidad. En el caso nuestro, usted simplemente las está recibiendo sin haber gastado el tiempo y la trayectoria que demanda. Y eso es otro gran beneficio de la vida de iglesia, que las cosas que son en extremo difíciles de dilucidar y comprender, el feligrés común -Ud., yo, aquel- las recibimos trabajadas y simplificadas.
¡Gloria a Dios por tan sumo bien!
Nuestro Logos, nuestro Señor y Cristo, no es ni el de la filosofía occidental (con Demócrito a la cabeza); si el de los intérpretes sincretistas: Filón y Plotino. Nuestro Logos es EL UNIGÉNITO HIJO DE DIOS, QUIEN:
- “Ha sido manifestado en carne;
- ha sido justificado con el Espíritu;
- ha sido visto de los ángeles;
- ha sido predicado á los Gentiles;
- ha sido creído en el mundo;
- ha sido recibido en gloria”.
Correspondiente al:
“Indiscutible y grande misterio de la piedad”. (1 Tim 3.16)
De hecho, Juan en el cap. 1 de su evangelio está haciendo referencia clara al Génesis y a Proverbio 8. Juan no está utilizando la plataforma de la filosofía griega ni el pensamiento de aquellos profanos. Juan está acudiendo a la revelación, tanto corpórea y presente -en Cristo-, como plasmada en las Escrituras. Es demasiado notorio el paralelismo de Juan 1.1-4 con Génesis 1.1-4 y Proverbios 8. (Comp. Prov 8.22 con Jn 1.1).
Y proverbios 8 es un desarrollo del Salmo 33.6:
6 por la palabra (Heb.: דָּבָר dabar; XLL: Logos) de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Cuando apareció Heráclito (540 – 480 a. C.), siglo VI-V a. C. (la era de los filósofos presocráticos), ya el Antiguo testamento se había terminado de escribir. Los Proverbios de Salomón ya tenían casi medio milenio de escritos, y los Salmos de David tenían medio milenio de compuestos.
2. DIOS Y EL LOGOS -POR LO TANTO- ERAN ANTES DEL PRINCIPIO.
- EL VERBO ES EL CREADOR ABSOLUTO (INCLUSIVE DEL ALMA Y DE LA VIDA HUMANA)
3Todo por Él (el Logos) fue hecho (gr. ginomai –egéneto -v.a.m.i.3p.s. -vino a ser, o fue), y sin Él (el Logos) nada (lit. no una, ninguna; en ing. not a single one) de lo que fue hecho (v.p.a.i.3p.s) hubiera sido hecho (v.a.m.i.3p.s).
4En Él estaba la vida, y la vida era la luz (n.n.s.n.) de los hombres.
Las diversas filosofías sobre la realidad existencial han propuesto esencialmente las siguientes siete cosmovisiones:
- La materia y el universo eternos (Heráclito y otros).
- El logos causal eterno no personal (Heráclito).
- La gran mente/alma eterna y universal o idealismo (Platón).
- El motor inmóvil, el primer motor (Aristóteles).
- El logos seminal (los Estoicos). El estoicismo fue una enseñanza monista en que Dios o el Logos es la materia más pura e inmanente en el universo material.
- El maniqueísmo (una especie de panteísmo).
- El Big Bang (la gran explosión) y las teorías evolutivas (que se ajustan a la materia eterna o a la existencia de la nada sin causa ni propósito).
Nuestro Texto se enfoca en las obras que Dios hizo en el principio; es decir, “todo lo hecho con su universo y la vida humana”. El que hizo todo es Él, Dios, pero la creación no es la ejecución de Dios el Padre, sino de Dios el Logos, es decir, de Dios el Hijo. Cuando el Texto pronuncia: “Todo por Él fue hecho“, ese Él es de quien se ha estado hablando, es decir, Dios, pero Dios el Logos. La Narrativa sigue la misma tesitura en todo el prólogo. La narrativa aquí no está procurando presentarnos a Dios, Dios es dado por sentado; la narrativa, por el contrario está introduciéndonos al Logos, del que más adelante (1:10) se dice que “estaba en el mundo que fue hecho por Él, aunque el mundo no lo conoció”; del mismo del que nuestro texto refiere diciendo: “En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”, en contraste con otro hombre que vino enviado por Dios, pero que: “No era aquel LA LUZ (la vida), sino que vino para dar testimonio de LA LUZ verdadera”. La LUZ verdadera ES: “Aquel que hizo al mundo y que vino al mundo en un tabernáculo de carne y hueso”, pero mostrando Su gloria, “gloria como la del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”, es decir, el Logos (o Verbo) encarnado.
En resumen:
- Nuestro Texto establece que el Logos (Jesús) es el creador absoluto.
- Que el Logos es el que imparte vida a los hombres.
En el v.13 nos va a referir que el Nuevo Nacimiento es obrado de Dios, y luego nos dirá que ese Nuevo Nacimiento es obrado por el Espíritu. Así, Dios es el que da vida, el Espíritu es el que da vida y el Hijo tiene e imparte vida en sí mismo. Esta facultad es prerrogativa exclusiva de la divinidad, indistintamente de las personas de la Santísima Trinidad.
La doctrina mostrada aquí es que:
“El Ser Supremo, el Creador, eternamente existente, hizo todas las cosas que han existido, existen y existirán, incluyendo al vida misma, ex nihilo, de la nada, eventualmente y a partir del principio (o sea, no en la eternidad)”. Y toda vida -y la regeneración- es una exclusividad única de Dios.
De hecho, Juan 1.10-15 no narra que LA VIDA -Y LA REGENERACIÓN ESPIRITUAL: QUE ES UN TIPO DE VIDA- suceden sólo por iniciativa de Dios. Cosa que se corrobora en la práctica, además de que se intuye por la lógica.
Por eso, por la fe entendemos que de lo que no existía (lat. ex nihilo) y por la Palabra (el rhema Theos) de Dios fueron hechas todas las cosas ‘de lo que no existía’, sin que la sustancia de Dios haya sufrido cambio alguno (contrario a la propuesta panteísta). No hubo una micro partícula que generara un Big-bang (como propuso el sacerdote belga LeMaître). No hubo materia, ni espacio, ni tiempo, ni energías físico-químicas antes del principio, tampoco hubo hombres ni vida, ni cosas, ni seres vivos, nada… SOLO DIOS, EL LOGOS Y EL ESPÍRITU DE DIOS.
Lo que hemos venido diciendo nos lo explicó Pablo inspirado por el Espíritu, así:
El (Jesús) es la imagen (gr. eikón) del Dios invisible, el primogénito (gr. protótokos -sign. el supremo, preeminente) de toda creación. 16Porque en Él (Jesús) fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él (Jesús) y para Él. 17Y Él (Jesús) ES antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten (providencia); 18y Él (Jesús)es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que ES el principio (eimi arché -Como en Gén 1; Juan 1.1, 2), el primogénito (protótokos) de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud (un ser absoluto y trascendente en sí mismo), 20y por medio de Él (Jesús) reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos (ver Ef 1.10), haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (Col 1.15-20)
O sea, el Logos, el Hijo del Padre, Jesús que es la verdadera “Imago Dei (imagen de Dios)”, y es el agente causal del Principio (Arché), Él es el Preeminente (esencial) o Protótocos (primogénito de la creación y primogénito de los muertos), así, Jesús (el Logos), el Hijo de Dios:
(1) Es antes de todas las cosas. (v.17)
(2) En Él fueron creadas todas las cosas (de cualquier tipo). (v.16a).
(3) Todo fue creado por medio de Él (que es la Palabra) y para Él. (v.16b)
(4) Todo subsiste en Él (el es la fuente providencial). (v.17)
(5) En Él habita toda la plenitud (el pleroma) Divina. (v.19)
“TODO fue creado por medio de Él (Jesús) y para Él”. (Col 1.16)
Y oiga esto, cristiano… y note que está en el mismo plano de categoría:
(6) Él es la cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo. (v.18)
Y oiga, más…:
(7) Él hizo la paz mediante la sangre de su cruz, reconciliando así todas las cosas, las celestiales y las terrenales, las humanas y las divinas.
O sea: El Logos es Dios, estaba con Dios en el PRINCIPIO, Él es el creador de todo lo existente, exceptuándose -obviamente- a Sí mismo, que es Dios eterno sobre todo… todo fue creado por medio de Él y para Él. EL MUND POR ÉL FUE HECHO.
Y Él -¡GLORIA A DIOS!- es también el único redentor. Y ha tomado y toma la iniciativa REDENTORA.
El es la Sustancia, el Carácter y el Ikono del Dios invisible (el Padre) quien tiene la preeminencia en todo (ver Hebreos 1.1-4)… en Él habita, porque le agradó al Padre, toda la plenitud de la Deidad, o sea, que el Logos es totalmente Dios en sí mismo. Mire la exaltación de Cristo en Hebreos 1:
Hebreos 1:2–3
En estos postreros días [Dios -el Padre] nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el UNIVERSO (gr. aión); 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen (gr. cháracter) misma de su sustancia (gr. hypostaseo -persona, confidente, sustancia), y quien sustenta todas las cosas con la Palabra (gr. rhema) de Su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de Sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas…
El, siendo en forma de Dios, no estimó el SER IGUAL A DIOS (como cosa a que aferrarse)… Fil. 2.
El Textos de Colosenses 1, al igual que el de Hebreos 1 y Fil 2, que son paralelos a Juan 1, Génesis 1 y Proverbios 8, exaltan a Cristo con una descripción sin par en el resto de las Escrituras Sagradas.
Y Él vino no a condenar, sino a salvar; aunque hará un juicio al final, póstumo a su retorno, porque todo juicio -inclusive- el Padre ha dado al Hijo. Pero Él, el Logos, el Cristo, el Mesías, vino para reconciliar a los pecadores con Dios. El vino a hacer las paces mediante la sangre de Su cruz… y a través nuestro te ruega en su Evangelio que TE RECONCILIES CON DIOS.
Sin la manifestación encarnada del eterno Hijo del eterno Dios el Padre; nosotros seguiríamos impedidos -cual los antiguos- de conocer a Dios. Él -Jesús- lo ha modelado, mostrado y explicado. En Él y su manifestación corporal, no solo incluye toda necesaria Revelación Divina, sino que es explicada, modelada y mostrada. Es imposible que Dios sea dado a conocer mejor que en Jesucristo. Y el único propósito de la Revelación era “Dios darse a conocer a Sí mismo, para el beneficio redentor de los hombres perdidos que Dios se propuso redimir”.
Por esto Textos como Juan 1.1-18; 3.15, 16; 17.3; Hechos 4.12; Efesios 1 y 3; Filipenses 2; Hebreos 1 y 11; Colosenses 1.15-17; 3.8-10; etc.
Amigo, no encontrarás nada ni a nadie igual. Él es más de lo que necesitas. Él es un poderoso Salvador, y es Señor Soberano.
Además, amigo(a), el es personal, tierno, amante… si bebes de Él, jamás volverás a tener sed… y si comes de Él, no tendrás hambre jamás.
¿No encuentras satisfacción plena en nada en esta vida, ni en la familia, ni en los amigos, ni en la sexualidad, ni en nada?, ¿sabes por qué? Porque no es posible. Porque Jesús es a quien necesitas en tu vida.
¡Reconcíliate con Jesús!
II. JESÚS ES LA EXÉGESIS DE DIOS, SIENDO ÉL MISMO DIOS
ASÍ Y ENTONCES HERMANOS:
A [ese] Dios:
“Nadie le ha visto (perf. act. ind.) jamás:
el unigénito Hijo, que ESTÁ (ES, EXISTE) en el seno (la intimidad, el regazo) del Padre, él lo declaró(aor. med. ind.: exēgēsato: narrado, explicado)”. (Juan 1:18)
Ah, y hermanos, ni siquiera Adán y Eva en su estado de perfección y pureza totales lo vieron. ¿Sabéis por qué?
Por lo mismo que nadie ha visto ni verá jamás al Espíritu de Dios. ¿Por qué? Porque “es Espíritu”. Y un espíritu no tiene carne ni huesos ni materia de ningún tipo.
De ahí que es en Jesucristo, sólo en Jesucristo, nuestro Señor y Rey eterno, el Cordero inmolado que heredó el Trono de su Padre y sentándose a su diestra en su trono fue exaltado por encima de todos los cielos, que los hombre desde Adán hasta el último que nazca podemos literalmente ver a Dios. Él es LA IMAGO DEI (el ikono del Dios) invisible al cual ninguno de los hombres ha visto ni podrá ver jamás.
Pero Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al padre”.
Y “todo ojo lo verá, incluyendo aquellos que lo traspasaron“. Y “ante Él se doblará toda rodilla de todo ser existente en cualquier rincón del universo“; y “toda lengua confesará que Jesús es el Señor, para gloria del Padre eterno, infinito e invisible“.
¿QUÉ HA HECHO JESUCRISTO, NUESTRO LOGOS Y SUMO BIEN?
Nuestro texto dice:
Él ha hecho una exégesis visible y narrada del Dios eternamente invisible.
¡Eso es muy exaltado!
Cristo ha disipado toda imposibilidad e incapacidad humana respecto a conocer a Dios. En Él, El Invisible ha sido encarnado y hecho visible; no de forma modal y espacial, sino siendo EL MISMO DIOS en la persona de SU ETERNO HIJO UNIGÉNITO, quien siempre estuvo y estará en SU SENO.
Por eso declararon los apóstoles del Señor (1.14):
“Y el Logos (Verbum) se hizo carne,
E hizo tabernáculo (morada) entre nosotros;
Y vimos Su Gloria,
Gloria cual la del UNIGÉNITO (MONOGENOUS) HIJO DEL PADRE, pleno (plērēs: de pleroma) de GRACIA y Verdad”.
Pero también escribió Juan:
“De su plenitud (pleromatos) tomamos todos; y GRACIA sobre GRACIA”.
Porque, note aquí la gloria divina del hijo y su superioridad infinita sobre el profetismo y los profetas, y sobre los ángeles y sobre todo p9der y creación:
“Pues la ley fue dada (a conocer) por medio de Moisés;
La GRACIA y la Verdad por Jesucristo fue (llegó a ser: egéneto -aor. med. ind.)”.
O sea, Jesucristo:
- Es Dios, el unigénito hijo del Padre.
- Es el creador absoluto de toda existencia, exceptuando la divinidad.
- La fuente, el dador y administrador de la vida (toda clase de vida, incluyendo la vida espiritual y eterna).
- Él es el único y absoluto redentor.
- Es el pleroma o la plenitud de Dios. Es decir, en su corporeidad habita toda l plenitud de la deidad. O sea, es plenamente Dios y plenamente hombre.
- Cumplió perfectamente Su ley, la perfecta ley.
- Y es la GRACIA y LA VERDAD. Si habías tenido alguna vez alguna duda sobre la gracia, la gracia es Jesucristo. El acto de Dios de entregarnos a Cristo es la caridad (o el amor) y la gracia en sí mismas. Tu y yo -y toda la humanidad- hemos recibido la gracia; to impartimos la gracia, la exhibimos en nosotros. El ente y fuente de la gracia y de la verdad es Jesús.
- Y Él es la Persona Divina encarnada, por tanto corpórea y visible, además de ser también Espíritu Divino y estar en absoluta y plena comunión con el Dios el Padre y con el Espíritu Santo de Dios. Por eso, visible. Por eso Dios sólo puede ser visto tangible y objetivamente en Jesucristo, Dios hecho Hombre. Y ni antes ni después, por todos los siglos, Dios ha sido ni será visto por ojo humano, sino en la persona del Hijo. El Padre y el Espíritu es eternamente invisible; tal cual los ángeles y demonios -que solo son espíritus, salvo acciones milagrosas. Pero el Padre y el Espíritu no podrían ser vistos ni por acciones milagrosas -por su infinitud-, excepto en Jesucristo. Por eso gijo el Señor:
“El que me ha visto a Mí,
Ha visto al Padre”.
III. DIOS PUEDE SER PLENAMENTE CONOCIDO ENTONCES
La vida, obra y pensamiento de Jesucristo -el evangelio- es una narrativa fuel de la persona de Jesucristo. Y Jesús es la exégesis de Dios, siendo Dios y Hombre, siendo EL HIJO UNIGÉNITO DE DIOS Y EL HIJO DEL HOMBRE.
Así:
“En Él habita toda la plenitud (plērōma) de la Deidad corporalmente”. (Col. 2.9)
Y es por eso que “Solo en Jesús” o “Solus Christus”.
Puesto que:
“Estamos completos en Él”. (Col. 2.10)
Él es:
- Nuestro único Creador
- Nuestro único Redentor
- Nuestra vida
- El camino
- La verdad
- El autor y consumador de LA GRACIA y de LA FE.
- La muestra y fuente del AMOR y la CARIDAD.
- Nuestro Señor y Cristo (Rey)
- Nuestro Dios.
Entonces: ¿Qué nos faltaría?
▪︎ ¿Filosofía y sofismas huecos y sutiles conforme a hombre?
▪︎ ¿Alguna provisión o providencia?
▪︎ ¿Alguna capacidad o sistema educacional, político, ético, financiero? ¡Por favor! ¡Alerra hermanos!
▪︎ ¿Alguna amistad o compañerismo mayor y más leal y suficiente que Cristo?
“¡Vosotros estáis completos en Él!”
La única limitante ahora hacia el conocimiento de Dios, cosa que cambiará cuando estemos en gloria, es que sólo podemos conocer a Dios en suvtestimonio escrito en la Sagrada Escritura. Algo como usted puede conocer a Agustín, a Cristóbal Colón o al Rey David en una biografía; con la acotación de que la Escritura es inerrante e infalible, carácter del que adolece todo escrito humano.
Y sí, aparte de eso, el Espíritu de GRACIA Y VERDAD, el Espíritu Santo, mora en los verdaderos creyentes para darle sentido y conducir la mente hacia la verdadera exégesis de Dios. En tal sentido, aunque no sensible, sin perfectos tanto el método, como la fuente y el objeto (Dios, la Gracia y la Verdad).
¡No hay que fallar al blanco, hermanos!
“¡Vosotros estáis completos en Él!”
¡Amén!

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.