¿Es el Israel étnico y geopolítico el pueblo de Dios como fue antes?
Por : Juan C. de la Cruz

Israel es el pueblo de Dios.
Un pastor, en representación de la visión modernista (posdarbysta) y prosionista posteó un vídeo en las redes explicando -de forma muy irresponsable y apartada de las realidades históricas de los grupos que ataca- aseveró que “Israel es el Pueblo de Dios”, haciendo referencia al Israel étnico localizado entre Gaza, el Mediterráneo occidental, el Líbano, Siri, Cisjordania y Egipto; que actualmente está gobernado por el régimen sionista con Benjamín Netanyahu de Primer Ministro.
Aquí el link del vídeo del pastor mencionado: https://www.facebook.com/share/v/1AcZ1BDQnz/
Y la razón de fondo y la controversia suele entrar en discusión precisamente por la realidad política de esa pequeña nación de alrededor de 9 millones de habitantes. La que desde su fundación ha cometido de todo tipo de atropellos contra los pueblos vecinos (en represalias, defensas o ataques), incluyendo el genocidio de 60 mil (plus) Gazaties de forma brutal entre 2024 y 2025; y una agresión actual (junio 2025) a Irán (sin ningún motivo aparente), iniciando una guerra complicada.
Y en tal sentido se suscitan diversas reacciones de todos los credos e ideologías sobre si esa gente es “el pueblo de Dios”.
A la narrativa del pastor en cuestión, respondimos en el canal publicado así:
ISRAEL NO ES EL PUEBLO DE DIOS EN SÍ (MI RESPUESTA Y ANÁLISIS)
Señor… 1 Corintios 1 y Efesios 2 establece que la pared intermedia que separaba a Judíos y Gentiles fue quitada y derribada en la cruz. Y escuche esto: “Los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría… mas para nosotros -COPIE [EL PUEBLO DE DIOS]- CRISTO “PODER DE DIOS Y SABIDURÍA DE DIOS”.
Y a los Romanos Pablo le escribe, entre otras cosas que confirman LA PRIMACÍA E IMPORTANCIA QUE TUVO EL PUEBLO JUDÍO (Romanos 3.1-3; 9.1-4)… que “NO POR SER DESCENDIENTE DE ISRAEL ERES ISRAELITA”… Además, de que EL MAYOR SENTIDO DE ISRAEL fue precisamente “LA SIMIENTE DE ABRAHAM” (Gálatas 3.15, 16) la cual es Cristo.
Y en Romanos 9-11 Pablo está diciendo que lamentablemente el Israel étnico está en desventaja con respecto a los gentiles por el endurecimiento en parte.
Y Jesús mismo presagió la desgracia de Jerusalén (Judá) por matar a los profetas y apedrear a los que le fueron enviados… ¿Cuál desgracia? “Vuestra casa os será dejada desierta” -o sea: desolaré Jerusalén. ¿Hasta cuándo? “Hasta que digáis: BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR”… O sea, hasta “Mi segunda venida” (la de Cristo).
En la Parábola de “La viña” o de “Los labradores Malvados” (Mateo 21.33ss) y de “La higuera estéril”, Cristo enseñó que desechó y juzgó a Israel, quitándole el lugar de privilegio que Dios le había otorgado en la promesa a Abraham (Génesis 12, 15) y entregando el viñedo a otros (no israelitas) que sí hicieran el trabajo con dignidad.
Señor, le podría citar miles de textos -no interpretativos- que dicen que EL PUEBLO DEL ANTIGUO PACTO no es el PUEBLO DEL NUEVO PACTO (claro, atendiendo la categoría epistemológica del término en sus contextos).
Le pregunto pastor: ¿Cuál de los pocos que le cité no es claro?
Es más, no ver ese claro mensaje de Dios de cambio de pueblo con el cambio de Pacto, se puede tildar de demencia y locura.
Finalmente, Pablo expresa su continuo dolor por la dureza y desgracia que le había venido al Israel carnal (étnico) tanto que el deseaba ser él mismo anatema si eso ayudara en algo la determinación de Dios de no rechazar a Israel, pero ya la sentencia había sido dada.
Y Apocalipsis -a coro con la gran comisión en Mateo 28- da fe de que el plan redentor divino es en favor de una multitud incontable de todo pueblo, tribu, lengua y nación (etnia).
De verdad hermano… hay que tener dificultades de entendimientos y una hermenéutica muy truncada y defectuosa para no comprender que bíblicamente Israel ha sido rechazado como el Pueblo de Dios. No porque los israelitas no se salven, de hecho se han estado salvando algunos Judíos al través de toda la historia redentora desde Abraham (antes de ahí obviamente no hubo Israel). El NT lo menciona tácitamente decenas de veces.
¿Distinguido pastor, le parecen sólidas las evidencias? Y ahí, por la limitación de espacio y el carácter de red social, solo traje algunas razones que guardo en mi memoria.
Esta es la sugerencia de otro pastor a nuestra rápida y breve respuesta al pastor otro pastor.
“Amado, Dios te bendiga a ti y a tu familia. Leyendo tu respuesta sobre la identidad del Pueblo de Dios, en relación a Israel, me parece que partes de posturas muy excluyentes, cuando no hay necesidad de hacerlo.
La Palabra de Dios se refiere claramente a dos pueblos (Romanos 15:8-10), y al mismo tiempo revela el gran misterio escondido por siglos, “misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”, que de esos dos pueblos, Dios hizo uno en Cristo (Efesios 3:1-7); de manera que hoy, por medio de la fe, somos el pueblo de Dios! Pero no tendría sentido hablar de la identidad de un solo pueblo de Dios partiendo de la inexistencia de dos pueblos anteriores. En sentido natural y literal, debiéramos hablar de que Dios, de ambos pueblos, hizo uno, sin que ello deshaga la identidad de cada uno por separado.
Luego de la obra conciliadora de Dios en Cristo, parecieras desestimar la continuidad ontológica de esos dos pueblos: Dirías ¡Israel ya no es pueblo de Dios! ¡Israel, que era pueblo de Dios, a pesar de su constante idolatría y, cuando no, su tibieza espiritual post-exílica, ha dejado de ser pueblo de Dios! A decir tuyo y de muchos, Israel habría perdido su identidad, que dicho sea de paso, descansa en la promesa del Dios que les constituyó como nación.
Pero si fuere así, la equivalencia lógica del argumento tendría que funcionar para los gentiles también: ¡Los gentiles ahora son pueblo de Dios!, Los gentiles, que nunca fueron pueblo de Dios, ahora lo son automática y esencialmente lo son, si aquel argumento fuera cierto. ¡Los gentiles han perdido su identidad previa a la reconciliación de la cruz, identidad que era ajena a la ciudadanía espiritual; y ahora son pueblo de Dios!
Estas posturas no son coherentes con ningún fundamento soteriológico, porque si bien viene a ser pueblo de Dios únicamente aquel que cree; la realidad ontológica de uno y otro antes del creer, antes de la fe por medio de la cual son ambos hechos uno, es que Israel sigue siendo Israel, y el gentil sigue siendo gentil, y ambos arrastran su identidad natural; Israel es esa nación que Dios eligió, y que desechó, aunque no para siempre, sino que la preserva para Su gloria por Su promesa a los Padres, porque en cuanto al evangelio, son enemigos; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres, en medio de su endurecimiento presente; y el gentil sigue siendo gentil, sin Cristo, alejado de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Ambos desechados, si les consideramos fuera del marco de la fe que es en Cristo Jesús.
Que reconozcamos como suprema la obra de reconciliación de dos pueblos en uno, por medio de la obra de Cristo, no elimina la realidad ontológica de ambos por separado”.
Explicación al pastor de la anterior alocución.
Hombre, totalmente de acuerdo que la Palabra revela a dos pueblos y gentilicios, Judíos y Gentiles: los UNOS BUSCAN SABIDURÍA y los OTROS SEÑALES… Pero nosotros “el pueblo de Dios” buscamos a Cristo (poder y sabiduría de Dios)…
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; [23] pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; [24] mas para LOS LLAMADOS, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. (1 Corintios 1:22-24)
Y Cristo, derribó la pared intermedia que separaba a ambos pueblos (judíos y gentiles)… haciendo de ambos un nuevo pueblo.
Yo no sé cómo un biblista cierra sus ojos ante tan clara narrativa. ¡Nunca lo entenderé! De verdad estimado. Y no creo que haya forma, no que no acepte, sino que comprenda yo un dualismo así… atendiendo a la información y narrativa del NT.
Dios hizo de ambos pueblos un solo y nuevo pueblo, y lo mucho de importancia del pueblo de Israel (Romanos 3.1-3; 9.1-4) es de fundación e histórico. El Israel étnico es un pueblo más a partir de la Cruz, donde se selló el nuevo pacto. La única diferencia actual de Israel con respecto al resto de los pueblos es “el parcial endurecimiento”, que es una desventaja (y el misterio revelado); pero en algún punto al final de la línea de esta era, le será removida. Pero cuando le sea removida, el daño ya estará hecho, es decir más de 2 milenios de “endurecimiento parcial”.
No tiene por qué deshacerse la identidad. De hecho, importa poco la identidad. ¿Por qué? Fijaos:
- Israel: era (y es) un pueblo.
- Los gentiles -griegos- (en la narrativa bíblica de identidad), otro pueblo… pero son muchos pueblos en realidad englobados en uno.
La identidad étnica entonces, es una tontería para los fines discutidos (teológicos). El claro propósito de Dios es que nos desenfoquemos de lo “étnico” (carnal)… y nos enfoquemos en la paternidad “espiritual”.
¿Por qué?
- Fue la intención de Dios desde el principio. La cosmópolis vino en represalia a la arrogancia de los hombres (Génesis 10, 11).
- El pacto de obras, con Israel, no marcó el inicio de la obra redentora. La obra redentora comenzó en Edén, con Adán.
- El pacto antiguo (con Israel) fue establecido para mostrar la incapacidad humana por el alcance de la caída (Romanos 3.10-21).
- Etc.
Pero LA FE, el Nuevo Pacto, etc., se trata de un cumplimiento de la PROMESA hecha a Abraham (y Adán), ratificada a muchos padres, etc.
El Nuevo pacto no solo excluye al Antiguo, sino que es mejor y contempla muchas mejores promesas. Y se estableció como caducidad del viejo. Y es espiritual. Nada que ver con “etnias” ni pueblos, etc.
Este pacto es: (1) espiritual, enteramente; (2) individual, no colectivo ni en un ápice; es enteramente de Fe y Regeneración(nuevo nacimiento), no de esfuerzo humano -por ser espiritual…
Por lo que la identidad de “pueblo” y “pueblos” es netamente retórica y figurada en el Nuevo Pacto. Se parece a lo de “el juicio de las naciones”… es una mera figura para hablar del juicio universal (de cada y todo individuo).
El error más notorio, por tanto, en materia exegética para fines escatológicos consiste en, sin temor a equivocarme: mantener las mismas categorías retóricas del Antiguo Pacto como idénticas (literales y concretas) en el Nuevo. Dejar lo físico y concreto (pueblo, Israel, gentil, cumplimiento, ley, etc.) como coligual en el Nuevo. Eso ha llevado a posturas tan extrañas como que “los hijos de Dios” en Génesis 6 son “los descendientes de Set”; y “las hijas de los hombres, las descendientes de Caín”; solo por mencionar algunos descuidos exegéticos grotescos y apartados de toda ciencia como el del ejemplo anterior.
Ahora “el Israel de Dios” no es una nación, sino un conglomerado espiritual, que también aplica a individuos. “Pueblo” ahora no es una entidad geopolítica (en el sentido teológico-escatológico o espiritual), sino una entidad espiritual que involucra inclusive a los millones de almas que duermen (hay solo dos de este tipo: el de los cielos y el de las tinieblas).
Siempre que se confundan las categorías retóricas (dejándolas en el mantra de literalidad como eran en la superficie en el Antiguo Pacto; puesto que aún aquel tuvo una intención de mostrar lo espiritual, pero el velo no permitía ni aun a los santos verlo bien); se errará al blanco en la comprensión de la verdad y la espiritualidad.
Hay múltiples formas como podría desenredar esta cuestión. Pero me parece que una simple lectura de Efesios y Hebreos, resuelve el acertijo o misterio.
Mi marcado énfasis en que el Israel étnico “ya no es pueblo de Dios” es con el fin de desmoronar “el sentido artístico” del término en su categoría antigua, porque es obvio que ahora “pueblo” (en el sentido teológico) se despega totalmente de “etnicidad y geopolítica” y asume una categoría espiritual (de fe, del Nuevo y mucho mejor pacto).
De nuevo. Si uno se queda con las categorías físicas (literalitas), habiéndole Dios acuñado categorías espirituales (lo cual si se descuida uno en eso, no entendería el misterio revelado), en vez de asumir las categorías espirituales, fallará al blanco.
Un ejemplo aquí es “el descendiente”, que Pablo explica en Gálatas 3. Otro sería “el ejemplo de Abraham” y “la alegoría de Agar” (Romanos 4)… y siguen los ejemplos en “Adán y Cristo” (Romanos 5, 6)… “Moisés y Cristo” (Hebreos 3ss)… y así..
Si se mantienen las categorías retóricas entre el Antiguo y el Nuevo Pacto (Testamento); de igual forma se fallará al blanco. Creo que otro ejemplo aquí es LAS BENDICIONES PROMETIDAS A ISRAEL (Dt. 7.12ss: Tierra fértil, cosecha, minerales, ganado, etc.), y las BENDICIONES ESPIRITUALES AL PUEBLO DE DIOS DEL NUEVO PACTO (Efesios 3.3-14). En fin.
Conclusión
El pueblo de Dios entonces.
El Israel Étnico antiguo (los hijos de Jacob) gue, el pueblo escogido por Dios, claro, escogido como receptor del Antiguo Pacto y para ser vasija para el Mesías. (Ver Romanos 3.1-3; 9.1-4). A ellos les fueron dados la ley, el culto, el sacerdocio, las promesa, los profetas, los apóstoles y Cristo en la carne.
El Israel étnico y geopolítico actual es tan pueblo de Dios como lo son Gaza y Somalia.
Pero en el sentido redentor, del Nuevo Pacto, Israel es un pueblo “perdido” con cierta desventaja hacia el plan del evangelio.
Si Israel volviera a ser el gran Israel, podría geopolíticamente hablando. Pero que Dios retroceda a lo viejo, al culto de sacrificios, al profetismo, etc., lo vemos imposible en la retórica del Nuevo Testamento.
El aliciente es este: “ahora el Israel de Dios está formado por gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación o etnia”… y sin excepción a la regla, “todo el que crea en Cristo” será incorporado al pueblo y reino de Dios.
Apoyar las políticas de Israel tendrá el mismo beneficio que apoyar las políticas de cualquier estado; quizá sea peor apoyar al actual Israel que apoyar a otros pueblos. Israel es: (1) quizá el estado con más ateos per cápita del mundo; (2) la capital LGBTQ+ del Oriente Medio; (3) uno de los primeros países del mundo en legalizar el aborto; (4) actualmente está dirigido por políticos de una ideología genocida y belicista con aires de grandeza imperial denominada “sionismo”, que de paso está avanzado en sus propósitos de restaurar los territorios “prometidos por Dios a Abraham: desde el Mar Rojo, pasando por el Mediterráneo y llegando hasta el Éufrates, ocupando todo Cisjordania, el Líbano y gran parte de Siria, y borrando el gentilicio Gazatíes (cananeo) en la franja de gaza”.
El Señor no solo ha establecido un Nuevo Israel totalmente apartado del viejo; sino que instaurará un Tierra Nueva en la que perpetuamente imperarán la justicia, la verdad y el Amor; además de que ha construido una Nueva Jerusalén -denominada la celestial.
Todo ese plan divino augura episodios extraños por venir, juicios de todas las naturalezas, destrucciones masivas, etc. Pero el Señor avanza en su agenda sin que haya alguien capaz de retrasarla o detenerla.
¡Alabado sea Cristo en todo, por todos y por siempre!

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.