Jonás el profeta rebelde

Ps. Samuel Nina (Bosquejo del sermón)

Corría el siglo octavo antes de Cristo. El reino del norte aún no había sido sitiado por Senaquerib en el 722 a.C. Había profetas en Israel en los días de Jeroboam y el rey Uzías. Todo parecía estar en paz en Israel, los profetas como Oseas, Joel, hablaban en nombre de Jehová. Había otro profeta cuyo nombre era Jonás, que significa “Paloma”, per… ¡Qué ironía¡ este profeta no simbolizaba el carácter de una paloma. Más bien nos encontramos ante un profeta rebelde, el cual habiendo recibido de Dios un mensaje para un pueblo gentil, no quiso hacer la labor encomendada y cuando la hizo, no estaba revestido de amor, sino de prejuicios contra aquellos a quienes les predicaba.

Haciendo una síntesis de los hechos podemos decir lo siguiente:

Dios, el Dios de Israel, habló al profeta Jonás que pregonara o predicara contra Nínive, debido a que la maldad había subido a su presencia, como si una copa se llenara de vino o de agua y se empezara a derramar, como si las lluvias han sido tantas que han subido a las montañas, así, la maldad, sube hasta la misma presencia de Dios.

Jonás hace todo lo contrario, descendió a Jope, es decir a la costa, pues Jerusalén no está a la orilla del mar y tomó una embarcación que iba a Tarsis, la cual se encuentra en lo que hoy es España, es decir que Jonás va desde el extremo este del mar mediterráneo, hasta el extremo oeste, cerca del estrecho de Gibraltar, por lo que hoy es la región de Murcia.

Pero Jonás, supone que Dios es el Dios de Israel y que para huir de Dios, y de su mandato, sólo tiene que alejarse de Jerusalén y así se aleja del templo y se aleja de Dios.

Pero el Señor, quien gobierna el cielo y el mar y en el verso 9 Jonás lo reconoce:

Soy Hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.

Los marineros a pesar de que Jonás les dijo que lo echaran en el mar y este se calmaría, no querían hacerlo, trataron de llevar el barco a tierra, pues el mar mediterráneo de tierra esta rodeado, pero no pudieron, hasta que tuvieron que obedecer, lanzaron a Jonás al mar y el mar se apaciguó.

En el capítulo 2 encontramos un salmo de Jonás acerca de su experiencia en el vientre del gran pez, lo escribió fuera del vientre del pez por su puesto…

Luego, en el capitulo 3 Dios vuelve a dar el mensaje a Jonás, esta vez, el profeta, y en “modo avión “, fue a Nínive y llevó el mensaje en Arameo o Hebreo, no lo sabemos, pero lo cierto es que la gente de Nínive, se arrepintió y hasta el rey decretó ayuno.

En el Capítulo 4, vemos la inconformidad del profeta con el hecho de que los Ninivitas se hayan arrepentido, cuando en verdad merecían el juicio destructivo de Dios, no la misericordia, por lo cual se enoja y se sienta a ver lo que iba a acontecer. De seguro que Jonás quería ver cómo caía fuego y azufre desde el cielo sobre aquella ciudad, Quería ver el espectáculo pirotécnico de ver trozos de carbón encendidos descendiendo desde la misma presencia de Dios, pero no fue así.

En la segunda parte del capítulo 4, Dios le da una lección a Jonás con una simple calabacera, una enredadera que le alegró pues le sería de sombra para ver el espectáculo de la destrucción de Nínive, pero Dios mismo hizo que un gusano se comiera la planta para enseñarle al profeta lo misericordioso que es Dios.

Así que, después de este breve resumen narrativo me propongo poner en contexto algunas enseñanzas de la persona de Dios, y del carácter de nosotros en relación a nuestros semejantes y el amor del Señor.

Este es un libro lleno de enseñanzas, pero no podemos hoy enfocarnos en todas, así que iremos a las centrales.

1- La misericordia de Dios hacia todas sus criaturas.

Mientras Jonás pensaba que Dios era de los judíos, se equivocaba, pues Dios es Dios de toda la creación y el tiene cuidado de todos los hombres y todos ellos han sido creados a imagen y semejanza de El.

Jonás era un nacionalista, para el cual los gentiles, eran las gentuzas, las gentes, pero no eran el pueblo del Señor, por tanto, no merecían su misericordia.

No descartamos la posibilidad de que Jonás como profeta haya visto la invasión de Nabucodonosor en el 586 ac.y que entendiera que Dios no debía tener piedad con aquellos que algún día destruirían a su pueblo amado, a Israel, y se negara a predicarles, a esos no, pensó Jonás .

2 Reyes 17:25 “ Porque no conocen la ley del Dios de la tierra”.

Observamos en Jonás, que cada marinero tenía su dios, pero ya Jonás les había dicho que estaba huyendo de su Dios.

Nuestro Dios, no es un dios local, nuestro Dios reina sobre todo su universo, y hace misericordia a millares, cristianos y no cristianos. El hace salir su sol sobre buenos y malos, el hace llover sobre justos e injustos, envía su aire para que lo respiren los asesinos y los piadosos, y controla el latido de cada corazón. Se compadece de los Ucranianos, Judíos, Palestinos, rusos, Haitianos, Venezolanos, Etíopes y donde quiera que haya dolor, nuestro buen Dios no es indiferente a ello. Dios no solo ama, sino que Dios es amor, no es que Él sea el amor, sino que su naturaleza esta toda envuelta en amor hacia todo lo que Él ha creado.

2- El uso divino de medios humanos para predicar.

Oseas y Joel, Vivían en tiempos de Jonás, y no dudo en que eran mejores predicadores que Jonás, pero una de las grandes lecciones del libro de Jonás, es que el poder de transformar vidas no radica en el poder de los hombres en su capacidad de persuasión, ni radica en la sabiduría humana, sino que es Dios mismo quien decide y determina cuando salva.

La actitud de Jonás, era muy contraria a los modelos que tenemos de los predicadores. Deben ser amables, deben hablar bien, deben ser cariñosos, deben tener una familia ejemplar, deben ser intachables, amar de todo corazón la predicación y las almas perdidas, tener la pasión por salvar a otros, sin embargo, vemos en Jonás la antítesis de todo lo anteriormente dicho. Tenemos el profeta anti-profeta, el profeta que no quería profetizar. Rabioso, soberbio, deprimido, queriendo morirse antes que ver salvados a los gentiles, inmisericorde, pues esperaba que fuego callera del cielo, esa era su esperanza, que Dios matara a todos esos impíos, sin embargo, Dios le entrega un mensaje que el lleva sin ánimo, sin deseos de que se arrepientan ni crean, de mala gana, y Dios usa ese mensaje para transformar una nación en un solo día.

Hermanos míos, Dios nos ha encomendado obedecerle, a veces no queremos, sinceramente no estamos en estado de ánimo de obedecer, pero lo hacemos, y al hacerlo Dios se encarga de usar su palabra.

3- Si Dios te ordena y no obedeces con amor, el hará que lo hagas aun con dolor.

Hay ocasiones en las que simplemente, no quieres. Jonás no es el único. Todos hemos pecado de negarnos a predicar el evangelio a mucha gente. A nuestros vecinos, al señor que se sienta a nuestro lado en el bus y el E.S. nos dice como a Felipe “acércate al carro y háblale”, pero le decimos que no. ¿Eres tú como Jonás? Has sido llamado por la palabra a amar a tu esposa como Cristo amó a la iglesia y te has negado a hacerlo?

Dios mira desde los cielos y sabe que te avergüenzas de hablar de Él, Él sabe que eres un discutidor de teologías profundas, pero que no le hablas a nadie de tu Salvador.

Cuando no lo haces de buena voluntad, hazlo, pues aun así, estas obedeciendo a Dios.

Mateo 21:28-32 Parábola de los dos hijos

28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

A veces los sentimientos nos traicionan. En la primera ocasión, Jonás huyó pero Dios le dio una segunda oportunidad. Aún pensaba igual el profeta, pero esta vez, nada respondió, simplemente se puso en pie e hizo lo que Dios le ordeno.

Hemos sido llamados a obedecer, haremos lo que Dios nos ordena, de lo contrario, Dios se encarga de disciplinarnos para que aprendamos que aunque nos parezca ilógico, es su voluntad.

El pastor Samuel Nina posee un Master en estudios teológicos del Southeastern Baptist Theological Seminary (SEBTS) y desde hace varios años pertenece al cuerpo de facultad del Seminario Teológico Bautista Dominicano (STEBD) enseñando las clases de Historia de la iglesia, Filosofía y Liderazgo. Es ingeniero industrial de profesión y pastorea la Iglesia Bautista Reformada Kurios de San Cristóbal, República Dominicana, lugar donde vive junto a su esposa Sonia.

Samuel Nina

Pastor

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