Oh, ¡Si el señor quisiera reconquistar el reino de España!: un clamor.
Por: Juan C. de la Cruz

(Arenas de San Pedro, Ávila, España).
[26; 27] Porque Macedonia y Acaya… porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. [28] Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. [29] Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.
(Romanos 15:26-29)
Mientras lucho con el sueño a las 5:00 a.m. (hora local), por causa de los efectos del Jet lag; al mismo tiempo que oro por España, la gran madre patria de los pueblos hispanoparlantes (que conformamos alrededor de mil millones de personas, un octavo de la población mundial), y le ruego a nuestro Señor que nos permita ganar a España para Cristo (muy a pesar de su fiero y vulgar pasado antievangélico, y de su apatía a la verdad y al Cristo de las Escrituras); además de meditar en otros asuntos respecto de la fe, la verdad y la razón… escribo estas meditaciones.
España estuvo en la agenda del Redentor. Así como vemos que a Jesús el Señor en su divinal agenda “le fue necesario pasar por Samaria” (Juan 4.1) y sentarse a hablar con aquella pobre y pecadora mujer de Sicar (antigua Siquem), junto al famoso Pozo de Jacob; y salvar a mucho pueblo allí. De igual modo, tanto como quiso ir a Roma y fue (Romanos 1.10-14), según los propósitos de Dios, Pablo planificó (creemos que en la misma agenda de Dios por los pueblos) ir a España (la gran tierra entre los grandes mares). (Romanos 16.27). No estamos del todo seguros de si Pablo finalmente pudo venir a España. Pero de lo que si estamos claros es de que España fue evangelizada temprano. O sea, que sí estuvo en la temprana agenda salvadora de Dios.
Lamentamos que el vulgarismo y la degeneración Romana del Cristianismo, con sus supersticiones, lamentables vicios y le hegemonía de los papas dominaran tan regia y hegemónica a los Reinos de España. España no solo llegó a dominar la religión sobre Roma misma (incluso con más celo religioso que Italia), sino que se convirtió en madre de Reinos y precursora e impulsora de los reinos cristianos.
Así, Alfonso X de Castilla mandó a traducir las Sagradas Escrituras al castellano tan temprano como el siglo XIII, a pesar de que en todos los reinos controlados por el Papa se hablaba latín, y, de facto, estuvo prohibido de antaño (quizá desde los días del hereje Arrio) traducir la Biblia a las lenguas de los pueblos. Muchos reinos y monarcas no hicieron caso. Y uno de ellos fue Alfonso X el Sabio (de Castilla). Fue casi modal que los monarcas de los reinos de España emprendieran traducciones de la Biblia. Por ejemplo, la primera traducción de la Biblia al catalán, denominada Biblia de Montjuic (patrocinada por Alfonso III de Aragón en 1287, sobre una preexistente versión francesa). Por la misma época se produjo la primera traducción de la Biblia al portugués (la Biblia de don Dinis, patrocinada por el rey Dionisio I de Portugal). La Biblia Valenciana (de Bonifacio Ferrer, comienzos del siglo XV) fue uno de los primeros libros impresos en España (en 1478). Unos años antes, en 1471, había aparecido la primera Biblia impresa en italiano (traducción de Nicolò Malermi).
Por la época reformada se tradujo la Biblia de Ferrara (publicada en 1553), la que representa una traducción en judeoespañol (ladino o judeoespañol calco) del Tanaj, utilizada ampliamente por los sefardíes. “Esta obra fue financiada y realizada por Yom-Tob ben Levi Athias, conocido antes de su retorno al judaísmo como Álvaro de Vargas, en el rol de tipógrafo, y Abraham ben Salomón Usque, anteriormente el marrano portugués Duarte Pinhel, en la función de traductor. La Biblia fue dedicada a Hércules II de Este, Duque de Ferrara, cuya esposa Renata de Francia era protestante e hija de Luis XII de Francia”. (Wikipedia)
Siguiendo con la regia historia, los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) no solo emparentaron con el por entonces -siglo XVI- salvaje reino británico desde los días de Enrique VII (casando a su hija menor Catalina con Arturo, hijos de Enrique VII, y a la muerte de Arturo, su hermano, Enrique VIII, se casó con Catalina para levantar la herencia pactada entre ambos reinos; y de esa unión nació la reina María Tudor la católica (o sanguinaria). Isabel y Fernando fueron los abuelos del gran Carlos V (el gran emperador del gran imperio sacro-germano, dominando prácticamente toda Europa Occidental). Ese imperio (de la secuela de los reyes católicos españoles) dominaba los ducados y palatinados germanos y austriacos, los países bajos (reino de Orange por entonces), y toda Italia, sino que también todos los reinos españoles y Portugal que por entonces eran vasallos del España (con toda Castilla, Aragón, las Galias hispanas, y todos los reinos de lo que es hoy España -porque así estaba dividida, controlada desde Aragón. (Las hoy comunidades autónomas solían ser reinos de España por entonces).
Para que cansaros la historia. España fue muy grande. De tal modo dominó los mares y el mundo civilizado de los siglos XV y XVI. En días del rey Felipe II (Bisnieto de Isabel I y Fernando II, hijo de Carlos V), existió la Armada Invencible de España (y Portugal). No era solo una indómita infantería, sino una flota naval literalmente soberbia e invencible que contaba con más de cien navíos de guerra como aquellos con los que almirantes cuales Colón y Pizarro llegaron a las América y sometió a los pueblos e imperios aborígenes de las Américas.
Isabel I de España fue tan exaltada y consagrada a la causa del cristianismo, como ella lo entendía, que ordenó a Francisco de Cisneros el gran proyecto de la Biblia Políglota Complutense, que si bien no contaba con una columna traducida al español, sí comprendió los idiomas originales en los que se escribieron las Sagradas Escrituras (Hebreo, Arameo y Griego), haciéndose acompañar en paralelo con sus respectivas traducciones al latín (lengua franca y hegemónica por entonces, que también era la lengua académica occidental y de todos los tentáculos del gran imperio Romano y de todo el sacro imperio Romano-Germano. Ese proyecto competía con los trabajos de Erasmo de Róterdam, por ejemplo. Y prometía ser uno de los más grandes ingenios literarios de todos los tiempos. Y aunque el proyectó se completó, la muerte de Cisneros y de Isabel dejaron ese millonario y exaltado proyecto en los estantes de las bibliotecas de los monasterios y las abadías. Ah, y nadie jamás lo ha resucitado.
La evangelización de España fue aparentemente eficiente y veloz. Pero igual aparentemente -y muy temprano en la historia cristiana- experimentó gran corrupción al estilo romana. Pero de que estuvo en la mente y la agenda de Dios y apostólica, llegando incluso a ejecución, estuvo.
Nuestro clamor ahora es: “Señor, devuélvenos a España para Ti”. España -política y religiosamente hablando- dejó de ser grande apenas recientemente. Tuvo sus vergüenzas, como la que vivió Felipe II con su Armada Invencible en las costas del Reino Unido (al cual quería humillar y someter), pero como por providencia, digamos, (porque aunque no se debe desestimar el ingenio inglés, pero por entonces -aún con su gran Isabel y sus piratas y corsarios: como lo tildaban los españoles), el poderío del rey de España regresó diezmado y muy humillado en aquella batalla de Gravelinas. Pero fue quizás contra los esfuerzos americanos en el Caribe (especialmente tratando de mantener bajo sus colonias a Cuba) y en Asia (las Filipinas) que la madre inventora del Submarino y el Helicóptero -España-, dejó de ser imperial y hegemónica.
A nosotros nos importa poco si este reino de España volverá a ser grande o no política y religiosamente hablando (como fue protectora y difusora del catolicismo Romano: aunque por razones extrañas nunca hubo un Papa Español). Pero lo que sí nos importa ahora es que esta gran nación, ordenada, rica y pujante del viejo mundo, sea de nuevo reconquistada y ganada por y para Cristo.
Señor, te rogamos que muestres tus muchas misericordias con esta amada España y con los pueblos hispanos de los tres continentes bañados por el Atlántico. Padre Santo, que una gran coalición hispanohablante se geste más allá de sus poderes económicos y políticos. Y que hombres grandes de tu Reino gesten proyectos misionales y de reconquista de estos pueblos para nuestro Gran Rey.
Señor de los cielos y de la tierra: ¿Qué debo hacer yo, que debe hacer mi familia y nuestra congregación local, e incluso nuestra asociación nacional de iglesias -y todas las coaliciones evangélicos latinas- tras Tu reconquista de España y sus antiguas colonias?
Danos tus ojos para ver tu agenda y tus planes con nuestros pueblos, oh Señor. Devuélvele la sensatez a los Españoles que una vez los caracterizó, y obra en gracia en favor de las naciones, oh Cristo Redentor.
¡Henos aquí, Señor; a Vuestra merced!

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.