¿Por qué la salvación es sólo por fe y nunca por obras?
Por: Juan C. de la Cruz
(Shapsburg, GA. 31 de enero, 2025)

(Romanos 4:1-7-25)
[1] ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? [2] Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. [3] Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. [4] Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; [5] mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. [6] Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, [7] diciendo: BIENAVENTURADOS AQUELLOS CUYAS INIQUIDADES SON PERDONADAS, Y CUYOS PECADOS SON CUBIERTOS. [8] BIENVENTURADO EL VARÓN A QUIEN EL SEÑOR NO INCULPA DE PECADO. [9] ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. [10] ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. [11] Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; [12] y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. [13] Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. [14] PORQUE SI LOS QUE SON DE LA LEY SON LOS HEREDEROS, VANA RESULTA LA FE, Y ANULADA LA PROMESA. [15] Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. [16] Por tanto, ES POR FE, PARA QUE SEA POR GRACIA, a fin de que “LA PROMESA” sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino TAMBIÉN PARA LA QUE ES DE LA FE DE ABRAHAM, el cual es padre de todos nosotros [17] (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. [18] Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. [19] Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. [20] Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, DANDO GLORIA A DIOS, [21] PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE ERA TAMBIÉN PODEROSO PARA HACER TODO LO QUE HABÍA PROMETIDO; [22] por lo cual también su fe le fue contada por justicia. [23] Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, [24] sino también con respecto a NOSOTROS a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, [25] el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
LA FE, POR FE Y DE FE
Este camino de la gracia es sólo por fe. Esa fe (5.1) que justifica al pecador; esta fe en la sangre propiciatoria de Cristo (Ro 3.25), quien pagó el costo total de nuestra redención.
¡Aleluya!
No que nuestras buenas obras o acciones no sirvan, de hecho, nuestras buenas obras provienen de Dios (Ef 2.10). La cuestión con las buenas obras (aunque sean provistas por Dios) es que no valen ni un centavo para salvar. La salvación solo podía ser -y de hecho solo fue- saldada por la sangre del Cordero de Dios. Y damos gloria a Dios por ese plan eterno suyo.
La salvación por la “sola fide” (fe sola) es un extraordinario plan que sólo la sabiduría de Dios pudo diseñar.Toda la sabiduría de las criaturas conscientes unificadas no sería capaz de imaginar este plan de gracia. El plan Divino es tan exaltada, sabio y glorioso que comunicarlo a los hombres tuvo que ser paso a paso, gota a gota, a lo largo de 4,000 años. Los hombres en tinieblas no podían recibir tanta luz de un abrir y cerrar de ojos, habrían sido deshechos. Tuvo Dios que, mientras salvaba por gracia y forjaba una descendencia santa, revelar un poco aquí y otro allí de Su tan exaltado plan.
Y, por increíble que parezca, al final de 4,000 años de revelación, e incluso habiendo Dios enviado al precursor del Mesías para hacer calzadas y reconciliar con Dios a muchos, al llegar el cumplimiento de la promesa, el Mesías, “los suyos no lo recibieron” (Juan 1.10). ¡Qué dolor siento!
El fundamento y contenido de la fe salvadora -la revelación de Dios, el evangelio- fue forjado paso a paso, y aún así es una gracia que debe ser inyectada por el Espíritu en el corazón cual principio (una sustancia, un principio).
La caída fue tan fatal que Dios tuvo que emplear su sabiduría absoluta al máximo, tanto como todos los recursos del universo (incluyendo a los ángeles) y 4,000 años de revelación y trato con el ser humano para tener listo el ambiente y los elementos para esta salvación tan grande. Pero, en el mismo orden, el plan ha sido tan exaltado y perfecto que cambia a los pecadores perdidos en santos y pregoneros de tan exaltado evangelio.
LA JUSTIFiCACIÓN ES SOLO POR FE, TANTO PARA LOS DE LA CIRCUNCISIÓN COMO PARA LOS DE LA INCIRCUNCISIÓN
Lo glorioso es este plan revelado paso a paso por su potencia y exaltación, es que es para judíos y gentiles igualmente. Dios nunca tuvo otro plan de gracia. Y esta era de la gracia plena no es un [paréntesis] en el plan soberano. Fue un plan cuidadosamente gestado y trazado en la eternidad, y puesto en marcha o ejecución paso a paso hasta que sea consumado en el juicio final. El plan ha ido en progreso por lo explicado antes. Pero, amados hermanos, no hay plan B, no hay retroceso, nunca se volverá a lo antiguo (como bien se explica el escritor de hebreos). No habrá culto antiguo con sacrificios. No, “esos sacrificios son inservibles, ni siquiera quitan la conciencia de pecado en los que ofrecían tal culto“. No habrá templo santo (Cristo es todo lo que hubo en el culto judío)… ah, y nunca ha habido ni habrá jamás salvación por obra, (Noé halló gracia; a Abraham se lo contó la fe por justicia). Siempre ha sido y será solo por gracia, por la fe en el vástago de Isaí, el descendiente de Abraham. Ah, tampoco habrá jamás una Jerusalén terrenal gloriosa, pero sí la Nueva Jerusalén, la Celestial (el Sion, la habitación de Dios). ¿Cómo no se entiende esa revelación tan cristalina por la fe?
Amigo, judío y gentil, si no vienes a Cristo por la fe del Evangelio, la que imparte el Espíritu, lamento tu desgracia y condenación eterna. Nunca habrá una salvación por obras ni un período en que sin la obra del Espíritu alguien pueda salvarse jamás -ni en la “gran tribulación”,- ni nunca.
¡Sálvese ahora, amigo!
¡A Dios sea siempre en la iglesia dada la gloria por todos los siglos!
¡En Sion cantaremos las glorias y victorias del Cordero!

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.