¿Son todos los enviados salvados?

Alguien me mandó el siguiente texto:
Marcos 6:7-13 RVR1960
[7] Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. [8] Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, [9] sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. [10] Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. [11] Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que, en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. [12] Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. [13] Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.
Luego, el que me envió este texto me preguntó: ¿Todos estos enviados, con tales resultados por recibir una autorización impartida por Jesús, fueron salvos?
Mi respuesta:
De hecho, esa es la gran diferencia entre los dones del Espíritu extraordinarios (profetismo, sanidad, lengua, etc.) y los ordinarios (amor, gozo, fe, paz, bondad, benignidad, autocontrol, templanza, etc.).
¿Cuál es la diferencia?
Que los extraordinarios son dados a personas (incluyendo a Saúl, Balaam, Judas, los de Mateo 7.22-24) etc. O sea, el receptor de estos dones puede o no ser creyente (y regenerado).
Pero quienes reciben los dones ordinarios son solo los regenerados.
Por eso en 1 Co. 12 y 13 Pablo anima a seguir el camino más excelente.
De hecho, ese fue el error de los corintos. Voltearon la pirámide y creían que los dones extraordinarios eran mejores. Pablo los reprendió por eso Les mostró que el mejor de los dones es el AMOR, y que los dones ordinarios son los que debemos procurar tener y vivir. Eso habla de si hemos o no sido salvos.
El error de los Corintios es el mismo de los Carismáticos y Pentecostales hoy.

Juan Carlos de la Cruz Nació de nuevo cuando tuvo 10 años; si bien confiesa que se reconvirtió varias veces en su juventud temprana. Está casado con la doctora en medicina, teóloga, músico y maestra Anabel Santos. La pareja ha procreado dos hijos, Christ y Carlos (adolescentes ahora). Juan, además ha sido Pastor Bautista por mas de dos décadas (ver www.facebook.com/ibnjrd). Además de ingeniero químico, Juan es teólogo, ostentando múltiples maestrías en los campos de Ciencia y Teología, incluyendo un doctorado en Filosofía (PhD). Juan ha trabajado en diversos campos, es un escritor de profusa pluma, con unos 20 ‘libros’ publicados hasta ahora (en varias editoriales), decenas de ‘artículos profesionales’ (en múltiples plataformas y revistas), y más de ‘artículos de opiniones’ en periódicos y páginas diversas.